Oscuridad que brilla

Desde 1960 se conocen galaxias que son especialmente activas y cuya energía —superior a la procedente de todas sus estrellas— se concentra en su núcleo. Su misterio se resolvió cuando se descubrió que todas ellas albergan un agujero negro supermasivo central capaz de devorar material a gran velocidad. Hoy, estudiar las galaxias activas (AGNs) es clave para entender el origen y la evolución de las galaxias. A veces, la oscuridad te hace brillar.

Chorros, supervientos y agujeros negros

En el IAA-CSIC investigamos las galaxias activas en todas sus escalas y desde distintos enfoques, tanto observacionales como teóricos. Queremos comprender cómo el agujero negro influye en la galaxia, frenando o impulsando la formación de estrellas. Para ello estudiamos dos componentes esenciales: los supervientos galácticos, enormes flujos de gas emanados desde su centro que recorren grandes distancias, y los jets nucleares, chorros de materia que emergen del entorno del agujero negro.

Imagen en diferentes frecuencias de la galaxia activa Centaurus A. Los lóbulos de gas son producidos por el agujero negro supermasivo que existe en su corazón central.

CRÉDITO ESO/WFI (Optical); MPIfR/ESO/APEX/A. Weiss et al. (Submillimetre); NASA/CXC/CfA/R.
Kraft et al. (X-ray)

Oscuridad que brilla

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